Por
Macarena Magnano
En el corazón de la Feria del Libro de Córdoba, pleno patio del Cabildo, una noche hermosa bajo las estrellas y de por medio, una escena musical y teatral, recordando a Daniel Moyano y su novela “Tres golpes de timbal”. Atravesada entre experiencias únicas vividas del autor. Los años de infancia en Córdoba, el exilio a La Rioja. El nacimiento en Buenos Aires y la muerte en Madrid, un repaso por la biografía y una muestra de que todo sigue vivo. Un conjunto de motivos para que el homenaje monte y resulte una performance de primer nivel artístico.
El
principal montaje detallando, tal como el proceso de escritura de la
obra, los primeros medios, máquinas, correcciones, computadoras,
acotaciones utilizados por Moyano. La correspondencia con editores y
las primeras ediciones, la esencia misma del trabajo, fotografías
con vida propia y la referencia más cercana de sus familiares.
Amigos, tíos, hijos y hermanos, diferentes nacionalidades y edades,
cada uno citando las obras en un profundo sentimiento hacia el
escritor. Emoción y fiesta describen el momento.
Actores,
artistas plásticos, y una orquesta de violines y guitarras dando el
plus de belleza y armonía. La música del momento con marionetas al
compás con los mismos instrumentos acompañaba cada instante
recordado de la vida, cada momento de escritura, toda la vida y obra
de Daniel Moyano. Cada detalle hizo de la ambientación, un escenario
magnífico. Su reflejo fueron sonrisas y lágrimas de cada fanático,
cercano al escritor o quizás, de un simple visitante, turista pasó
por allí. La magnitud del cuadro, como así cada trazo de pintura de
Marcelo Carpita asombraba a cada espectador que miraba. Una obra
inimaginable, un talento digno de ser visto.
Más
que un recuerdo a Daniel Moyano y su obra, una demostración de que
su vida fue algo más que la literatura. Un homenaje que muy pocos
reciben y una dedicatoria a base de aplausos. Una fiesta emocionante
e imperdible. Sin desperdicios.
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